SENDEROS DE TINTA

 A la vez que el autor nos narra el viaje de Enrico y Francesco también suceden una serie de hechos en la abadía de Grenoble y ciertos descubrimientos que ponen un punto de suspense añadido a la trama.

Es un viaje por unos parajes muy bien descritos. Tanto la ambientación como la documentación es notable. La forma de narrar que tiene el autor hace que sea fácil y amena la lectura. Tiene ritmo. Muy bien los diálogos, las situaciones que cuenta y los personajes. Destacar esa amistad que une a Enrico con el humilde Francesco, me recuerdan a ciertos personajes de Don Miguel de Cervantes que también iban en busca de aventuras. (Cristina Suárez)

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